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Carmen Valbuena, así, busca definir su modo de captar el mundo en torno cotidiano, a base de figuras de trazos simples, de alguna manera como bocetos y de otras cómo síntesis. El color, a su vez, es plano, lo cual no significa regir afinidades o contrastes, luces o sombras. Prima la tonalidad, eso sí, como manera de modular el color y hacerlo participe de la expresión formal. Logra de este modo una visualización como en sordina, grata, ajena a sutilezas mayores, pero que comunica al espectador forma y contenido. Pintura aún de inicios, con algún acento experimental, la de Carmen Valbuena augura, por su oficio y limpieza del trato de la materia, logros próximos de mayor jerarquía.

1978
José María Palacios
La Segunda

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